Recuerdo cuando iba en primaria y mi mamá me daba 5 pesos para comprarme únicamente papitas o dulces. Ese dinero lo tenía que administrar o ahorrar, y solo se me daba si mis calificaciones eran relativamente buenas. Es decir, si llegaba a la casa con 5 sobres de estampas de dragon ball, se me negaba el dinero para la próxima ocasión, no porque estuviera mal comprarme esas estampas, sino porque el dinero se me había dado con otra finalidad. Aun así no vigilaban todos mis gastos, pero si no usaba el dinero, me pedían que se los devolviera. Era una cuestión de confianza, ahora que lo pienso mejor.
Ahora imaginense a una niña que jamás tenga que decir en que gasto su dinero, que conforme pase el tiempo sus calificaciones empeoren y sus ingresos aumenten, que exija confianza sin merecerla, que se compre hummers y casas por todos lados cuando tenía que comprar papas y refrescos para todos sus compañeros. Toda una malcriada, creo.
Eso y más es Elba Esther , que el jueves 23 de abril cumplió 20 años dirigiendo el SNTE- casi mi edad- sin rendir cuentas ni justificar sus acciones. Transparencia es el antónimo por excelencia de Elba Esther.
Si bien ha traído beneficios a sus sindicalizados, los que de verdad están siendo y han sido afectados son los niños mexicanos de por lo menos esta brecha generacional.
¿Para qué sirve rendir cuentas?
En principio, para que comprobemos que nuestro dinero está siendo utilizado y aprovechado. Para que la población tenga una forma de medir el progreso del país. Para castigar, conforme a la ley, los malos usos que se le haga al erario público. Para generar el intercambio de ideas y de posturas políticas. Para eliminar los excesos de poder. Para que la democracia pueda existir plenamente. Para que no nos vean la cara. Para que la confianza se ponga en duda.
Si todos los anteriores son principios democráticos que en el fondo cualquier institución del país desea o debería cumplir, ¿por qué se opone Elba Esther a demostrarnos lo que está haciendo con nuestro dinero?.
PS. Según la encuesta de REFORMA del 28 de marzo de 2009, 84% piensa que debería haber un cambio al frente del SNTE; 66% piensa que como dirigente de los maestros en México, Elba Esther ha contribuido poco o nada a elevar la calidad de la educación; 51% considera que ha hecho un mal trabajo.
PS2. La maestra no sabe saludar a la bandera.
PS3. El niño de los primeros párrafos no soy yo al cien por ciento.
Ahora imaginense a una niña que jamás tenga que decir en que gasto su dinero, que conforme pase el tiempo sus calificaciones empeoren y sus ingresos aumenten, que exija confianza sin merecerla, que se compre hummers y casas por todos lados cuando tenía que comprar papas y refrescos para todos sus compañeros. Toda una malcriada, creo.
Eso y más es Elba Esther , que el jueves 23 de abril cumplió 20 años dirigiendo el SNTE- casi mi edad- sin rendir cuentas ni justificar sus acciones. Transparencia es el antónimo por excelencia de Elba Esther.
Si bien ha traído beneficios a sus sindicalizados, los que de verdad están siendo y han sido afectados son los niños mexicanos de por lo menos esta brecha generacional.
¿Para qué sirve rendir cuentas?
En principio, para que comprobemos que nuestro dinero está siendo utilizado y aprovechado. Para que la población tenga una forma de medir el progreso del país. Para castigar, conforme a la ley, los malos usos que se le haga al erario público. Para generar el intercambio de ideas y de posturas políticas. Para eliminar los excesos de poder. Para que la democracia pueda existir plenamente. Para que no nos vean la cara. Para que la confianza se ponga en duda.
Si todos los anteriores son principios democráticos que en el fondo cualquier institución del país desea o debería cumplir, ¿por qué se opone Elba Esther a demostrarnos lo que está haciendo con nuestro dinero?.
PS. Según la encuesta de REFORMA del 28 de marzo de 2009, 84% piensa que debería haber un cambio al frente del SNTE; 66% piensa que como dirigente de los maestros en México, Elba Esther ha contribuido poco o nada a elevar la calidad de la educación; 51% considera que ha hecho un mal trabajo.
PS2. La maestra no sabe saludar a la bandera.
PS3. El niño de los primeros párrafos no soy yo al cien por ciento.
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